viernes, 21 de febrero de 2014

Carta abierta a la oposición



     Me encontraba redactando una carta abierta al Presidente Maduro, hasta que escuché la cadena del día de hoy. Entonces recordé, quien sería el lector de dicha carta, una persona que no está dispuesta a ver la realidad, aunque la escuché a dos cuadras de Miraflores en forma de cacerolas y disparos. Por ello, y luego de contrastar múltiples puntos de vista, someter a escrutinio los míos y tratar de buscar una solución viable a todo lo que sucede en el país, decidí escribir esta carta abierta a la Oposición, en la figura de sus dirigentes de toda la vida, en la figura de dirigentes estudiantiles nacientes o bien en la figura de esa persona descontenta con algo que se esgrimió como un gobierno, pero está siendo la muestra de un régimen represivo y de múltiples discursos.

     La mejor lucha, es la que se da desde las ideas. Entiendo que las fuerzas de choque que andan a diestra y siniestra por las calles, sacan el lado animal de todo ser humano. Pero, aunque las ideas, como las flores, no paran balas, sí ayudan a esquivarlas. Es por ello, que en cinco puntos, les expongo, lo que considero la manera más idónea  de ponerle un final feliz a esta crisis, que afecta a prácticamente el 100% de la población venezolana.

1)      NO EXISTE UN MESÍAS: Es importante que, ni los dirigentes opositores entiendan que pueden ser la salvación de un país, ni la población que adversa al gobierno piense que va a llegar un segundo Jesucristo. Es por eso que es se debe internalizar por sobre todas las cosas que el cambio se tiene que dar primero como seres individuales. Gran parte del problema que vivimos, es una cuestión de mentalidad. Una parte, se ha dedicado a escuchar un discurso opositor mesiánico, pensando que el mismo, es la solución. Otra, que la distribución por igualdad es la solución, mientras que los que la predican, tienen un estilo de vida totalmente ostentoso. En términos generales, sin distingo de valores, se vive una decadencia moral y social, que no solo es culpa de discursos políticos, sino de la desvinculación de responsabilidades individuales. Por lo tanto, lo primero, es entender que todos, sin excepción, debemos poner nuestro grano de arena en pro de un cambio orientado a un bien común. Admiro la valentía de un dirigente de entregarse a una justicia que no existe, y ser “juzgado” por unos crímenes que tampoco cometió. Pero también admiro a un policía que no negoció su libertad y sacrificó su salud y su familia. O a un agricultor que murió de pie ante los atropellos de un desgobierno. O a la madre que pierde a su hijo en manos del hampa, esa que votó por el gobierno que hoy no le ha hecho justicia. No existen mesías, todos somos importantes, y todos tenemos valía, responsabilidad y capacidad de lograr un cambio.

2)      EL QUE SE CANSA PIERDE: Hoy en día la frase es un cliché, y me atrevo a asegurar que como toda moda, nos terminaremos aburriendo de ella, pero cuan cierta y apropiada resulta ser en estos momentos. La calle NO puede abandonarse. Hay que trabajar por la recuperación de espacios. Pero NO puede llenarse de basura, de escombros, de “guarimbas”, de vandalismo. Eso afecta al sector que no apoya al gobierno, a tu vecino que piensa igual que tú, a tu familiar, a la sociedad, y por último pero no menos importante: Le da argumentos al gobierno para su discurso comunicacional vacío y plagado de mentiras. Además, la persona que apoyó a Chávez, o a Maduro, pero que está cansado de la violencia y la confrontación, NO apoyará tu discurso verbal de paz, mientras trancas la calle, destrozas un bien público o  hieres de una pedrada a un transeúnte que ni siquiera estaba involucrado en la protesta.  Quien no tiene la razón, recurre a la violencia. Y más de uno, en este punto,  dirá que las agresiones del gobierno han sido suficientes como para responderles con paz. Otros dirán pensarán que estas líneas se parecen al discurso de Capriles, mientras otros pondrán de ejemplo a Ucrania. Respeto esos puntos de vista. Sin embargo, la victoria PARA TODOS, para los 30 MM de venezolanos, se puede lograr aún sin lanzar una sola piedra, de parte del sector que quiera estar del lado correcto de la historia. La resistencia civil existe y es posible, sin demagogia política y trabajando de modo sostenido y permanente por lograr el objetivo, que al final de estos puntos, lo sintetizo.

     La calle debe tomarse, y sin retorno, en forma de concentraciones pacíficas. La idea de las asambleas ciudadanas, en su momento, me pareció efectiva, hasta que dejé de ver objetivos reales. Cuando una concentración se torna en improperios hacia un sector u otro, solo porque no piense igual que  tú, se ha perdido la orientación. Las asambleas ciudadanas deben ir en pro a unificar los lazos con aquellas personas que piensan igual que nosotros, y convencer a aquellos indecisos que se sienten en aguas peligrosas y tierras inciertas ¿Qué mejor modo de derrotar un régimen totalitario, que efectuando acciones en la comunidad, orientadas al mejoramiento de la misma?¿Orientada a  la optimización de la calidad de vida de los vecinos, aunque estos no piensen como nosotros?

     La calle debe tomarse,  y sin retorno, en forma de movilizaciones pacíficas, múltiples y simultáneas. ¿Pueden imaginar, por ejemplo, una gran concentración nacional, que tenga como objetivo cinco movilizaciones, cada una de ellas orientadas a distintos organismos gubernamentales, en un mismo día? Un sector pidiendo en la Defensoría del pueblo el cese a las torturas y represiones, por medio de denuncias concretas y evidencia recabada. Otro marchando al Ministerio de Salud para que, en vez de abrir una consulta pública sobre tatuajes, se preocupe por la escasez de reactivos y medicinas en general. Otra, al Ministerio de Educación Universitaria para la solución de los múltiples problemas del sector estudiantil. Una al CNE para la renovación del poder electoral y su respectiva separación del aparato político gubernamental y una final al Ministerio de Interior y Justicia para el desarme de los grupos armados ilegales en el país. Eso solo por poner un ejemplo. Este país tiene tanto problemas actualmente, que la calle puede tomarse, sin trancarla, sin “guarimbas” y con objetivos reales, cada día posible de la semana, hasta que no les quede más remedio que escucharnos y empezar a resolver.

Ese sería un modo correcto de aplicar eso de “el que se cansa pierde”.

3)      LA INFORMACIÓN ES PODER: Y la desinformación, censura, o tergiversación, resulta en pérdida del mismo ¿Por qué no le dejamos ese trabajo al gobierno y a los laboratorios de difusión de información errónea (de lado y lado)? Sin temor a equivocarme, de lado y lado todos alguna vez hemos contribuido a difundir una información no verificada, bien sea por exceso de adrenalina o por la intensidad del momento, lo cual, no lo justifica. Por ello, es importante la construcción de redes de información verificable y comprobable. Entender además que no toda la población maneja herramientas tecnológicas, ni redes de difusión de información, ni tienen la oportunidad de ver televisión por cable. Justo a esas personas (que no son pocas) les están haciendo creer desde los medios disponibles para ellos (la mayoría de los canales nacionales) que estamos viviendo en el país de las maravillas. Entonces ¿Por qué no extender el alcance de una red de información a instrumentos alternativos? Entrega de volantes, panfletos y material impreso con información real y posturas objetivas, difusión de material audiovisual con material comprobable en video e imagen, con los desmanes ejecutados por distintos cuerpos armados (oficiales o no), campañas creativas e informativas para compartir con ese ciudadano que no piensa como nosotros, el motivo de nuestra inconformidad y disidencia. Lo importante: que la información real, fidedigna, comprobable y constructiva, llegue a la mayor cantidad de personas a nivel nacional. Darle la oportunidad a las personas de contrastar las distintas visiones.

4)      LAS TOLDAS POLÍTICAS DEBEN PASAR A UN SEGUNDO PLANO: Respeto el derecho y la capacidad de muchos de hacer política, pertenecer a un partido o llevar el estandarte de un color. Sin embargo, la problemática aquí NO es de índole política. Aquí no es Voluntad Popular versus gobierno. O MUD versus Primero Justicia. Ya basta de eso. Estamos cansados de ser un país con politraumatismos (porque ni siquiera estamos partidos por la mitad). Esto no es un asunto de colores. Las toldas políticas deberían establecer una estrategia comunicacional conjunta que permita la multiplicación de un mensaje. Pienso que algo así intentaron hacer con la MUD, pero obviamente no resultó. No se trata de crear ni siquiera un nuevo movimiento, sino orientar las acciones a un fin común, que como les dije, ya al terminar, les diré cual pienso que es. Mientras no exista unión para trabajar conjuntamente, ni la mejor estrategia del mundo funcionará ¿Estarían los partidos políticos de la oposición, dispuestos a dejar temporalmente sus banderas, y trabajar por el país sin ánimos proselitistas?

Yo, no milito para ningún partido y dudo lo haga alguna vez ¿El motivo? Incredulidad. Consciencia de que todos los peones de la tierra forman parte de un plan divino. Consciencia de que la política tiene matices muy oscuros que siempre terminan tendiendo a un interés particular ¿Cuántos hay como yo?¿Cómo piensan los partidos, calar en ese sector, con un discurso egoísta? Es algo para reflexionar.

5)      LA TOLERANCIA COMO ALIMENTO: Empezar a escuchar a quien piensa distinto a nosotros es un primer paso para poder avanzar como ciudadanos. No se ustedes, pero sí, yo tampoco quiero que Maduro siga gobernando. Ni un militar, ni un mal llamado socialismo. Y no porque considere que un gobierno progresista será mejor, o “capitalista”. Repito, los peones terrenales en la política son movidos por una fuerza mayor, y así lo considero. Pero SI QUIERO una sociedad mejor. Es por ello que me opongo a un régimen que no permite disentir, que no desarma a grupos terroristas, que, “casualmente” terminan defendiendo los intereses “de la patria”. Me opongo a una línea de mando que indirectamente está en el poder gracias a un golpe de Estado, pero persigue a quien disiente pacíficamente, incluso, aunque esa persona esté ejerciendo dicho derecho desde su casa. Me opongo a una política gubernamental que ha destrozado la economía y ahuyentado la inversión privada. Disiento de una línea de partido que ha concentrado todos los poderes a su antojo y disposición. Pero por otra parte NO se puede negar que hay millones de personas que apoyan al gobierno, por el motivo que sea, pero lo hacen. Sin cobrar medio. Sin coacción. Sin nada más que su lealtad en aquello que creen, por difícil que parezca. ¿Mayoría o no? Eso es lo de menos. Es momento de parar las estadísticas, y pasar a ser humanos. Es por ello que la prueba de fuego, para toda persona que disiente, es la tolerancia. Es el mejor discurso que podemos brindar ante un escenario tan difícil como la polarización que se ha sembrado a lo largo de quince años. Las etiquetas nos han hecho mucho daño. Han destruido un país, y hasta familias que a él pertenecen. Por ello, si venimos pecando de intolerantes, y no ha resultado, pues es momento de probar acciones distintas. Es momento de hacer lo que le pedimos a los gobernantes: rectificar.


     Esto no se trata de un manifiesto mágico para lograr un objetivo. Tampoco se trata de la receta del éxito. Solo me expreso hacia ese sector, que como yo, disiente, y el que, desde la alta dirigencia hasta el ciudadano de a pie, debe hacer cambios inmediatos y efectivos en su modo de actuar ante esta crisis. Es momento de desvincularnos de cualquier acto violento, de cualquier elemento de confrontación, SIN rendirse, SIN abandonar la calle, SIN dejar de denunciar y expresar lo que se piensa, SIN dejar de reclamar a cada mandatario, sea del color que sea, que cumpla con su trabajo. Imagino que, quien se sienta identificado con estas líneas, dirá, que es el camino para el objetivo común: Sacar a Maduro del Gobierno. Si es así, te invitó a leer de nuevo esta carta. Desde mi percepción, ese no es el objetivo. El objetivo, es tener un mejor país, el de caballo viejo, el de comer arepas juntos, el de “la echadera de broma”, el de tranquilidad. Y sí ¡CLARO QUE QUIERO QUE LOS ACTUALES GOBERNANTES SE BAJEN DEL PODER! Pero si miro en esa dirección como objetivo, todo en lo que creo, se desvirtúa. Por eso, decido tener como finalidad, conseguir un mejor país. Por defecto, lo demás se dará solo. Eso sí, necesito de ti, hermano opositor, hermano no opositor, y hermano indeciso que solo quieres calles tranquilas para disfrutar de nuestro país. 

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